jueves, 6 de diciembre de 2012

IIIº Año Medio. Contenido: identidad


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                                                  Guía de contenido “identidad"
Identidad:
( Del Latín identitas ) Conjunto de cualidades y rasgos propios de un individuo o una colectividad que los caracteriza frente a los demás.(Diccionario de la Lengua Española)

           Entendemos Identidad como el conjunto de características, valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. No obstante, las culturas no siempre son homogéneas; dentro de ellas se encuentra grupos o subcultura que crean parte de la diversidad al interior de las mismas en respuesta a sus propios intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos. Para los antropólogos, la cultura es, en primer lugar, un todo integrado, una totalidad en la que se encuentran orgánicamente articuladas diferentes dimensiones de la vida social que hacen posible la identificación, la comunicación y la interacción entre los individuos.
La identidad no está dada de antemano: se construye, se aprende, evoluciona. No es algo que nace de una vez y para siempre. En su mayoría los investigadores plantean que a medida que se va constituyendo la identidad, los rasgos culturales son transmitidos a través de generaciones, configurando una identidad cultural a través del tiempo. Un ejemplo que respalda esta tésis es lo ocurrido en la Guerra de los Balcanes, en donde los serbios asesinaban a los croatas debido principalmente al odio ancestral que sentían por ellos, es decir, por una cuestión de identidad cultural heredada.

Las raíces de nuestra Identidad. La identidad Hispanoamericana esta integrada por la influencia de distintas etnias y culturas, cuyos rasgos se han desarrollado de diferente manera a lo largo de la historia. Conviven varios grupos étnicos con expresiones culturales distintas y  con sus propias lenguas, aunque el idioma oficial para la mayoría es el español. Todas las lenguas que hablan los habitantes de Hispanoamérica son importantes para la relevancia de su propia identidad.

Prácticas y Cultura de la Identidad Latinoamericana. Danzas como El Bunde en Colombia y La Marinera en Perù; bailes como la punta,el sique y el maypol; comidas tradicionales como El Chipa-Guazu en Paraguay, Bandeja Paisa en Colombia y la gallina en pinol entre otras. Las tradiciones orales como las fábulas aztecas, el Weitagu de Honduras y los cuentos y leyendas populares como las relatadas por la comunidad chilote en Chile, también son consideradas expresiones culturales de la identidad latinoamericana.
En las últimas décadas del siglo XX asistimos a un conjunto de transformaciones económicas-sociales y culturales cuya vertiginosidad y complejidad no admite precedente y nuestro país no se encuentra ajeno a ello. Caen rápidamente todo tipo de muros y barreras entre las naciones al mismo tiempo que se amplía la brecha en el nivel de desarrollo humano al que acceden los distintos pueblos.
El mundo se ve invadido por formas de producción y consumo, una preocupación por el deterioro incontenible de los recursos naturales, el avance de la pobreza; sin embargo, se hace referencia a un nuevo fenómeno que ha llegado a convertirse en un paradigma para los países en desarrollo.

Identidad y Globalización. La globalización engloba un proceso de creciente internacionalización del capital financiero, industrial y comercial, nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de nuevos procesos productivos, distributivos y de consumo deslocalizados geográficamente, una expansión y uso intensivo de la tecnología sin precedentes.
La identidad cultural de los diversos pueblos en la actualidad se va homogeneizando o generalizando según ciertas pautas comunes en marcha hacia una cultura estandarizada. Este proceso es propiciado por los poderes generadores de nuevas necesidades de consumo, que manejan a su vez los medios de comunicación social y la producción ofrecida.
Los medios de comunicación social y el proceso de globalización influyen en el consumo de los individuos y por medio de éste, en la identidad colectiva de un pueblo, ya sea creándoles nuevas necesidades, ya sea haciéndolos dependientes a los objetos de consumo y generándoles, de esta manera, el hábito del consumo. Dentro de este contexto, sin embargo, no se borran ni disminuye la posibilidad de los individuos de optar entre las alternativas que ofrece el gran mercado, por aquella que mejor le satisfaga sus necesidades. Globalización como una construcción común de todas las naciones y pueblos. En cualquier caso, las tendencias futuras de la globalización dependerán de los modos de recombinar lo nuevo y lo viejo, lo propio y lo ajeno, lo económico, lo político, lo estético, lo igual y lo diferente. El mundo globalizado dependerá entonces de los modos concretos y específicos en que los individuos y los grupos interactúen, es decir de los modos en que toleren y promuevan la presencia y acción del otro en la configuración de sus propias identidades. Se habrá terminado la pesadilla de la homogeneidad, el aniquilamiento de la diferencia. Pero también, renacerá el deseo del otro, el deseo de comunidad.

Identidad Chilena.
Es indiscutible que los chilenos vivimos realidades diferentes. Niveles socioeconómicos, pensamientos políticos, religiones, calidad educativa etc; influyen en ello. Cada región del país tiene sus propias tradiciones, comidas típicas, música, bailes y hasta la forma de vivir la fe es distinta. A pesar de todas estas diferencias culturales y sociales hay algo que nos une a todos los chilenos
La cultura chilena se ha caracterizado por ser particularmente única. Muy distinta a todas las culturas latinoamericana. Esto sucede, principalmente como consecuencia de la geografía muy especial que posee nuestro país. Nos separan del resto de los pueblos latinoamericanos una cordillera de más de 4.200 metros de largo, que va de norte a sur y que alcanza en algunos lugares alturas mayores a los 6.000 metros; el desierto más seco del mundo; y miles de kilómetros de extenso mar. Barreras no muy fáciles de superar, lo que nos ha llevado a estar apartados del resto del mundo, como si viviésemos en nuestra propia isla.
Jorge Larraín en su último libro “Identidad Chilena”, con respecto a la identidad de nuestro país dice: “En Chile, la modernidad tanto como la identidad cultural son procesos que se van construyendo históricamente”. Cuando Chile era parte de la colonia Española, y estaba bajo el mando de los reyes, era una más de las tierras conquistadas. Hablaban el mismo idioma, tenían la misma religión y la misma importancia ante los ojos de los monarcas españoles que los virreinatos vecinos. El proceso de formación y evolución del pueblo chileno como tal, comienza junto con el período de la Independencia y el desligue de la Corona Española. Chile es un país mestizo, es decir sus habitantes son una “mezcla” de españoles e indígenas, así como son también sus tradiciones y costumbres. Desde esta etapa hasta hoy; nuestra identidad ha seguido evolucionando.
Actualmente Chile esta creciendo en el plano económico; firmando Tratados de Libre Comercio con algunas de las potencias más importantes a nivel mundial, como son por ejemplo, Japón, Corea, Estados Unidos, entre otros. Lo que nos ha llevado a centrarnos en otros objetivos. Ligado a este crecimiento, viene la globalización, que ha tenido como consecuencia que se pierda cada vez más lo autóctono del chileno.
Si miramos al prototipo chileno del campo, el huaso, este simboliza casi un emblema nacional: tranquilo, bruto, sacador de vuelta, bueno para el vino y la chicha, coqueto, ladino, simpático e ingenioso. Y en el lado femenino, la huasita coqueta, trabajadora, la que generalmente es la que saca a su familia adelante, la que hace las mejores cazuelas y empanadas de pino.
Dentro de la parte folclórica, se encuentra la cueca, en la zona central. La cual, lamentablemente es dejada más de lado, y reemplazada por cumbias y salsas en las fondas todos los 18 de septiembre. En el norte, está la fiesta de la Tirana entre otras. En el sur, el vals chilote, el costillar etc.
Nuestra tradición culinaria también nos representa. La chicha, el vino, los porotos con rienda, el tomaticán, el ajiaco, el pebre y el pan amasado, el pan de huevo, los empolvados y los chilenitos. También hay que tener en cuenta los platos nortinos y los del sur como la cazuela chilota, curanto y el caldillo de congrio, tan chileno que hasta el mismo Pablo Neruda lo homenajeo, con una oda.
El chileno se caracteriza, por su forma de hablar. La cantidad de modismos y de palabras inventadas, algunos tradicionales dichos nos han llevado a crear una derivación del español. Otros países de habla hispana, se refieren a nuestra forma de hablar “como si cantáramos”, y la mayoría de ellos al escuchar la palabra “cachai” no saben de lo que se les está hablando y tampoco entienden que en Chile todas las conjugaciones de los verbos terminen en “-í” (¿Tení un lápiz?) o que las eses al final de las palabras plurales tampoco sean pronunciadas (Hey, me “prestai” esos “libro”). El chileno tiende ha hablar en diminutivos. ¿Porque? Nadie lo sabe con certeza. La única respuesta que encuentro para esta pregunta es que forma parte de nuestra identidad. Otro aspecto muy relevante de nuestra “jerga chilena”, y talvez el más importante, es “esa palabra” que todo chileno conoce. Es tan popular y tan conocido, que ya ha pasado a ser parte del vocabulario cotidiano de muchas personas. Es tan “importante” dentro de nuestro vocabulario, que es utilizado como verbo, en todas sus conjugaciones, como sustantivo y como adjetivo. También se puede utilizar para ambos géneros, femenino y masculino; y tiene sus respectivos diminutivos. Incluso, fue incluida en la última edición del Diccionario de la Real Academia Española, junto con otros dichos y palabras.
Físicamente, las/los chilenos/as son bajos, gorditos, morenos y sin mayor atractivo físico, los hace sentirse inseguros, sobre todo al ver la imagen “imponente” de un alemán de un metro noventa, ojos azules y pelo rubio.
Alberto Cabero opina que los chilenos somos patriotas y egoístas; hospitalarios y duros; fraternales; religiosos y fatalistas; supersticiosos; sufridos; pesimista etc.
Benjamín Subercaseaux, piensa que hay una psicología nacional donde destaca rasgos de tipo depresivo, imposibilidad de vivir la vida dentro del presente, vivimos obsesionados con el ayer o con el mañana, pero descuidamos el presente. El chileno es un ser a disgusto, desconfiado, tímido, sensible, mediocre y todo esto se lo atribuye al clima de grandes oscilaciones térmicas y una geografía de carácter insular.
Hernán Godoy, coincide en que el chileno tiene un carácter especial, fuertemente influenciado por la geografía de su país. Sin embargo, enfatiza los aspectos positivos como la voluntad, la sobriedad, el espíritu democrático, la tenacidad y la lucha por la justicia, el estoicismo, calidez y afecto.
Otro rasgo muy importante es la inseguridad del chileno. Siempre se siente inferior frente a los extranjeros (sólo “gringos” y europeos); dejándose explotar. Sólo basta ver la película “Subterra”, o tomar como ejemplo las salitreras del norte, como Humberstone. Esta inseguridad se debe a que Chile es aún un país muy joven, y precisamente por eso fuimos explotados por países desarrollados, y lo somos aún de manera distinta (consumismo etc.). Cada vez hay más conciencia y a raíz de ello, vamos adquiriendo seguridad para posicionarnos frente al mundo, y especialmente destacarnos en Latinoamérica.
El ser un país tan joven, nos crea la necesidad de preguntarnos quienes somos, al darnos cuenta que sólo faltan seis años para el bicentenario de nuestra patria y nadie tiene muy claro lo que significa hoy ser chileno. Es por esta misma razón, que este ensayo adquiere importancia.
A modo de conclusión, puedo decir que la identidad chilena es un proceso que se va desarrollando lentamente a través de los años. La cual está fuertemente determinada por la ubicación y características geográficas de nuestro territorio y la historia de los primeros habitantes y sus costumbres.
Es indiscutible que la globalización influirá en este proceso, pero la base siempre será la misma. Ya podemos observar como en las en las ciudades hay grandes influencias extranjeras; no así en las zonas rurales donde nuestra identidad se mantiene más arraigada, sobretodo en la gente mayor.
Chile debería ser capaz de adaptar los aportes culturales foráneos a nuestra propia cultura, creando así un modelo diferente que se ajuste a nuestra idiosincrasia.
Bibliografía:
“Identidad chilena”. Jorge Larraín. Editoriales LOM; año 2001.

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